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¿Cuántos tipos de pieles existen y cómo hay que cuidarlas?

Si has probado diferentes tipos de cosméticos y no obtienes el resultado esperado, seguramente sea porque no eres consciente de que hay cuidados para los diferentes tipos de piel. Si tienes dudas de cómo es tu tipo de piel y cuáles son los productos más apropiados para cuidarla, estás en el sitio adecuado.

¿Cuántos tipos de piel existen?

Piel seca

Es una piel que tiene mucha más tendencia a las manchas y a las arrugas, por lo que precisa de una fuerte hidratación en cada temporada.

Se caracteriza por la falta de brillo, opacidad, descamación frecuente y poros muy finos. No produce la cantidad de grasa que necesita la piel, tiene más tendencia a agrietarse que cualquier otra y puede llegar a ser tirante.

Es una piel que hay que exfoliar, pero en la que no hay que abusar de ese tratamiento, ya que puede aumentar su sequedad. Precisa de un cosmético muy nutritivo para que la mantenga hidratada y la proteja de los agentes externos. También es importante beber agua en abundancia.

Piel grasa

Su característica principal es un poro dilatado y brillante. Este tipo de piel produce un exceso de lípidos o sebo especialmente en la denominada zona T, mentón, nariz y frente, aunque eso no implica que esta piel esté bien hidratada.

Este tipo de pieles tienen una gran facilidad para producir acné, por lo que es muy importante tener una rutina de belleza diaria y exfoliarlas con frecuencia. Llevar una alimentación correcta también es fundamental y ha de estar basada en cereales integrales, verduras, legumbres y frutas.

El sol tiene efectos muy beneficiosos en este tipo de piel, pero es importante, independientemente del tipo de piel del que hablemos, que tenga una protección adecuada.

Piel mixta

Las personas que tienen este tipo son aquellas que poseen los dos tipos de piel que has visto anteriormente en función de la zona de la cara a la que le prestes atención. Frente, mentón y nariz, es decir, la zona T, suele ser grasa y el resto de la cara suele estar seca, en especial las mejillas.

Lo más aconsejable cuando tienes una piel de estas características es utilizar el producto adecuado para cada una de esas zonas y de esta forma obtendrás un mejor resultado.

Piel sensible

Este tipo de piel suele reaccionar de forma muy reactiva a los cambios climáticos y también a algunos productos. Se irrita con facilidad y provoca alergias y picores.

Estas pieles suelen ser rosadas en las mejillas y es frecuente que se rompan algunos capilares. Es extremadamente sensible y frágil. La dilatación anormal de los capilares provoca rojeces, tirantez, picores e incluso descamación.

Es una piel muy bonita y fina que necesita que te adaptes a ella y que encuentres el tratamiento que mejor le funcione, sin experimentar efectos incómodos como el picor. Necesita un tratamiento que limpie, hidrate y, sobre todo, que esté destinado a fortalecer la barrera cutánea.

Piel normal

Este tipo de piel no es frecuente en el caso de los adulto, pero sí lo es en los niños, que aparece firme y suave al tacto. Es un tipo de piel ideal que no presenta zonas deshidratadas o con exceso de grasa.

Es muy sencilla de tratar, porque ningún tipo de piel está exento de una serie de cuidados mínimos, entre ellos: limpieza, tonificación y cremas hidratantes y nutritivas. No precisa corregir ningún tipo de imperfección.

Otro dato que debes saber es que las pieles más claras tienen más rojeces que las morenas. Aunque una piel seca tiene también más tendencia a esa rojez, las grasas no se quedan atrás. Esto es debido a los cosméticos destinados a regular la producción sebácea que en algunos casos pueden deteriorar la capa protectora de la piel.

¿Puede variar el tipo de piel?

La piel es el órgano más grande del cuerpo y se renueva de manera continua. Esto hace que el tipo de piel cambie conforme pasan los años. El tipo de piel que tienes viene determinado tanto por tus características hereditarias y hormonales, como por tu estilo de vida.

Su estado varía, esto quiere decir que puedes tener una piel grasa deshidratada o una seca muy sensible. Los factores medioambientales, el estrés, la alimentación, el tabaco y los factores hormonales son causantes de la deshidratación, manchas, falta de tono, envejecimiento o desnutrición.

El envejecimiento de la piel lleva consigo la pérdida de humedad, lo que implica que la tendencia de la piel con el paso del tiempo es hacia una piel seca. Durante la adolescencia puedes tener una piel grasa, pero con el paso del tiempo y la madurez dejará de serlo.

Has podido comprobar los diferentes tipos de piel y los cuidados que debes aportar dependiendo de la tuya. Abidis tratamiento de piel para mujer te ofrece los productos más adecuados para que tu piel luzca radiante.

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