En el mercado podemos encontrar una gran cantidad de productos destinados a los correctos cuidados de la piel con independencia de su tipo. Tanto el cuidado corporal como la higiene son dos aspectos fundamentales para cuidar de la salud y el bienestar general. Una piel cuidada y en óptimas condiciones te protegerá de los agentes externos como el frío y el sol.
Cuidados de la piel
La vuelta de vacaciones es el momento perfecto para que examinemos con detenimiento el estado de nuestra piel. Esto no solo quiere decir que utilicemos más crema en la piel deshidratada, como consecuencia del agua del mar o del cloro de las piscinas, sino que debemos darle cuidados más específicos.
La piel es el mayor órgano del cuerpo y cumple una función protectora frente a la polución ambiental y a los cambios climáticos o regulando la temperatura corporal. Los siguientes consejos están destinados a que nuestra piel tenga una apariencia tersa y saludable.
Limpiar e hidratar la piel de forma diaria
El rostro es una de las partes más importantes que debemos cuidar, sobre todo por la mañana y por la noche. Es la forma de eliminar las impurezas y la suciedad del entorno y del maquillaje.
Utilizando los productos adecuados para cada tipo de piel, en muy pocos días comenzaremos a notar los resultados. Además, una piel sana nos ayudará a vernos más jóvenes y radiantes.
En cuanto al resto del cuerpo, es importante utilizar un gel de baño con la acidez más adecuada y un champú acorde a las características de nuestro cabello. Es frecuente encontrarnos con personas que tienen un exceso de limpieza. Esto, al contrario de lo que podamos pensar, no es muy saludable porque provoca un exceso de grasa en las capas externas de la piel y puede ser el detonante para que padezcamos una dermatitis o una mayor sequedad en la piel.
Cuidado con el sol
La exposición solar es más incisiva en los meses de verano, pero está ahí a diario.La radiación del sol es la responsable de algunos de los cambios que se producen en la piel como las manchas, pecas, arrugas y de algunos procesos cancerosos.
Por esto, es necesario evitar la exposición solar durante las horas de mayor intensidad de radiación y utilizar siempre un factor de protección solar de amplio espectro durante todo el año y no solo en verano. Si tenemos algún tipo de eccema o incluso rosácea la exposición solar podrá acentuarlos.
Si practicamos deportes al aire libre y sudamos, es conveniente reaplicar la protección.
¿Qué necesitamos para tener una piel de melocotón?
Beber agua
Nuestro cuerpo está compuesto por una gran cantidad de agua que se pierde a lo largo de cada jornada. Este es el motivo principal por el que necesitamos beber entre dos y tres litros diarios, según las necesidades de cada uno.
El agua ayuda al mejor funcionamiento del cuerpo y además hace que la apariencia de la piel sea fresca y tersa.
Hacer ejercicio
Practicar ejercicio puede ayudar a mantener la firmeza de la piel. Uno de los ejercicios suaves que podemos practicar con independencia de la edad es el yoga.
Al hacer ejercicio estamos incrementando el flujo sanguíneo, lo que permite que la piel reciba las vitaminas y minerales que necesita, sin olvidar que al tonificar los músculos mejora nuestra apariencia física. Asimismo, al sudar estamos contribuyendo a expulsar impurezas.
Exfoliar la piel
La exfoliación nos ayuda a eliminar células muertas que nos dan una apariencia deteriorada. Debemos tener una piel sana sin psoriasis, cortes, heridas o eccemas antes de hacerlo, de lo contrario podríamos empeorar estas lesiones.
Hidratar la piel
Según cada tipo de piel y la edad que tengamos así serán sus necesidades.
Existen una gran cantidad de productos destinados a mejorar la hidratación de la piel así como su textura. Están fabricados a base de aloe vera, germen de trigo, vitamina E, alfahidroxiácidos y otros extractos de plantas.
Es importante que el producto que escojamos no sea comedogénico, es decir, que no bloquee los poros.
Observar y vigilar nuestra piel
Si prestamos a nuestra piel la atención que merece, conoceremos a la perfección cada área y será mucho más sencillo poder observar cualquier tipo de cambio que experimente con suma rapidez. Una de las zonas a las que más atención debemos prestar son aquellas con lunares.
Dejar de fumar
Fumar estropea mucho el estado de nuestra piel. La seca y constriñe sus vasos sanguíneos, esto quiere decir que a la piel llega menos sangre y, por tanto, no puede recibir la cantidad de nutrientes esenciales que necesita.
Esperamos que hayas tomado buena nota sobre los cuidados de la piel y que ahora los pongas en práctica a diario para lucir una piel radiante y joven. ¿Aplicabas ya algunos de estos cuidados?